Como si de un estrado se tratase, este Púlpito de vértigo se asoma en un entorno privilegiado del planeta, hechizando al más escéptico y haciéndonos sentir más pequeños e intrascendentes que nunca

Acercarse a su extremo es una aptitud que no tenemos todos, y apenas nos atrevemos a hacerlo agazapados, reptando hasta que el cuerpo dice basta. Sin duda, llegar hasta aquí merece la pena.

Esta meseta anclada en la roca tiene alrededor de 25 metros x 25metros, y está exactamente a 604 metros. Sin embargo, una «pequeña» grieta se abre entre el Púlpito y la montaña desde hace años. ¿Durante cuánto tiempo?

Es un paisaje perfecto, lo miremos desde donde lo miremos, ya que hay numerosos puntos de vista al cual más maravilloso. Abajo, el Fiordo Lysefjord actúa de perfecto telón de fondo. Las vistas de los cruceros que lo transitan debe ser otro privilegio (se pueden contratar en Stavanger)

Posiblemente las mejores vistas del Púlpito no estén en sus laterales, ni en los bordes a los que muchos «cafres» desafían (nos sorprende que no haya más caídas cada año), las mejores están siguiendo un sendero lateral que nos lleva a las alturas arriba de la plataforma.

Una vez arriba, podréis observar que el Púlpito cuenta con una enorme brecha o fisura. Y es que cuenta la leyenda que en el momento en el que 7 hermanos del fiordo de la Luz se casen con 7 hermanas del mismo lugar, esta fisura será tan profunda que el Púlpito acabará por romperse y caerá al fiordo, creando una ola tan grande que arrasará con todo aquello que encuentre en la zona.